El Cristiano no Puede Arreglar el Mundo
John Nelson Darby
El estado del mundo
El mundo – el estado de las cosas alrededor – no es lo que Dios creó en absoluto; es obra del pecado. Veo Su hermosa hechura en él, pero estropeada por el diablo que se ha apoderado del oído del hombre. Toda la creación está bajo la esclavitud de la corrupción; eso no es obra de Dios. Es laborioso hacer feliz a la gente; buscan de mil maneras olvidar a Dios, pues si piensan en Dios, saben que están perdidos. Pero existe el mundo de la providencia de Dios, donde ni un gorrión cae al suelo sin Él; todo está bajo Su mano. Él ha encomendado la autoridad a los magistrados y demás, y Él es el dueño.
Si yo fuera inocente como Adán en el Edén, no necesitaría magistrados; ahora este mundo sería una especie de pandemonio sin ellos. El cristiano debe someterse a tal autoridad, ya sea la Reina de Inglaterra o un turco, dondequiera que esté. Puede que no sea la justicia. No busco la justicia sino en la mano derecha de Dios: Cristo. No quiero decir que no deba haber justicia, pero no la espero. Mi tarea es de andar como un cristiano, y mostrar el carácter de Cristo, y no enderezar al mundo; cuando Cristo venga Él hará eso, pues lo tomará en Su mano. Si sólo
pudiera enderezarme a mí mismo y a otros cristianos, eso sería lo importante. El cristiano debe ser la presentación perfecta del carácter de Cristo en el mundo que lo ha rechazado.
Somos los testigos vivos de lo que estamos disfrutando del Cristo que ellos no aceptan. El mundo está bajo juicio, pero Dios en la gracia aún no lo ha ejecutado; Él está difundiendo Su evangelio.
El apóstol y la esclavitud
“Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios” (Colosenses 3:22).
Hay un gran sistema de gobierno en marcha ahora, y Dios es el dueño. No había siervos en el paraíso (no había robos). Ahora Dios es dueño de la propiedad, etc., no es lo original que fue instituido en la bondad (en el paraíso), ni la condición celestial, ni es en sí lo que caracteriza al cristiano (aunque el cristianismo lo mantiene todo) — el cristiano es la expresión de lo que Cristo es; pero se adueña de y se somete a todo lo que Dios ha establecido.
“Siervo” aquí es esclavo, y nada más que el pecado introdujo la esclavitud. Nunca habría habido tal cosa si el pecado no hubiera estado allí; pero el apóstol no se involucra. No dice que lo apruebe, sino que deja el sistema del gobierno del mundo justo donde está. Como Cristiano, si puedo aliviar las necesidades corporales [de alguien], estoy obligado a hacerlo, o a evitar que alguien golpee a otro si puedo hacerlo con amabilidad; pero debo dejar el mundo
en paz. Es difícil hacerlo; en nuestro corazón no nos gusta. Supongamos que hay una guerra, deseamos el éxito a uno de los bandos; todo está resuelto antes de que te enteres. Hay un emperador de corazón duro que desea que Roma tenga un solo cuello para contárselo; o desea incendiar la ciudad, y luego acusar a los cristianos de ello; pues bien, debes estar sujeto: “las [potestades] que hay, por Dios han sido establecidas” (Romanos 13:1). Dondequiera que encuentre un poder real ejercido, encuentro la autoridad de Dios. Si hay una rebelión, y otros poderes se levantan, estoy sumiso como antes. Es mi andar cristiano, aunque no la relación que Dios creó; allí el vínculo se mantiene sobre el principio del cristianismo. Donde se trata de esclavos, lo es. Si [el esclavo] puede ser libre, que así sea
mejor; pero si está atado, no hay preocupaciones. Es el hombre libre del Señor, y Pablo envía al fugitivo Onésimo de vuelta a su amo. Espera que Filemón lo libere, y habla de manera muy conmovedora: “te ruego por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora, además, prisionero de Jesucristo” (vs. 9). Pero no haría nada “sin tu consentimiento” (vs. 14), “sabiendo que harás aun más de lo que te digo” (vs. 21). Él espera la gracia; pero deja la cosa donde la encuentra.
No podrás arreglar el mundo
Nunca podrás arreglar el mundo; no tienes principios ni poder para hacerlo. Puedes controlar a un inconverso con principios inconversos, pero no puedes tratar con él como un cristiano. Si voy a enderezar el mundo, debo unirme al mundo, y no puedo tener principios más elevados que los suyos. Si es así, debo renunciar al cristianismo; porque ellos no tienen ninguno por el que regirse. Se puede usar la influencia de la gracia como lo hizo Cristo, y eso lo debemos hacer. El cristiano debe dejar brillar su luz. Y el testimonio de lo que son sus principios es tan claro y positivo que verán ” vuestras buenas obras” (Mateo 5:16). Si se une a un infiel (es decir, inconverso), se apropia de que la infidelidad puede enderezar el mundo.
El cristiano por sí mismo tiene sus propios principios piadosos de gracia por los que debe actuar, para que el testimonio esté allí de lo que sus principios pueden hacer (y el cristianismo ha reformado el mundo en un sentido; porque trajo el patrón de las cosas mejores, y se avergüenzan de hacer en la luz lo que hicieron en la oscuridad). Un hombre no hará lo que es “indigno de un hombre”; pero “indigno del Señor”, eso nunca se encuentra; y ahí es donde el cristiano debe caminar.
El testimonio cristiano
“Amos, haced lo que es justo y recto con vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis un Amo en los cielos” (Colosenses 4:1).
Pablo dice a los amos: “vosotros tenéis un Amo en los cielos” que se fijará en todo lo que hagáis. Tu parte es de mostrar lo que es y hace el cristianismo, y eso es bueno para un infiel, o para quien sea. Tu confesión de Cristo debe ser tan positiva, que ellos deben saber a qué atribuir estas cosas. Deja que el mundo siga su camino, y tú el tuyo — y [tu camino] es el de Cristo. Si no, comprometes el cristianismo, en lugar de mantener su testimonio.
Cita:
Darby, John Nelson. “The Life of Christ in the Believer.” Christian Friend, vol. 13, 1886,
p. 309.
Traducción por G.L.L., 21 Nov 2021
Títulos y subtítulos agregados
[ ] — usado para dar clarificación o énfasis